Tomando el reto por su alto posicionamiento y tiempo en el mercado (17 años), buscamos conservar la composición y algunos elementos característicos de la marca para una actualización conforme al cambio de comportamiento de su segmento que surge por la pandemia del 2020, y que a la vez, no pierda la esencia que la caracteriza.
Diseñamos un logotipo que fuera atemporal y no se deje llevar por las tendencias tipográficas, así como otorgar dinamismo creando distintas aplicaciones de manera horizontal (para cenefas en centros comerciales) vertical e isotipo. Buscamos suavizar el exceso de movimiento y eliminar trazos adicionales para facilitar su posicionamiento y legibilidad.
La paleta de colores anterior era muy agresiva a invasiva para las niñas actuales, por lo que fue suavizada con tonalidades pastel inspirada en los hologramas, y crean un contraste armonioso con el fucsia característico de la marca.
La paleta de colores y la línea gráfica tiene el propósito de invitar a las niñas a soñar y dar un paso a su imaginación sin límites en un lugar donde todo puede hacerse realidad.